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Reflexiones sobre el entrenamiento de la fuerza en el portero de fútbol

fuerza en el portero de futbol

Es evidente, que los deportes evolucionan con el tiempo y con ellos los métodos y los materiales de entrenamiento utilizados para alcanzar una mejora en el rendimiento del deportista.

Cuando observamos el entrenamiento de un portero de fútbol, podemos ver un gran cambio producido en los últimos años en la forma de entrenar. Esto es debido, en gran parte, a las aportaciones de profesionales como José Sambade, el cual mostró la importancia del entrenamiento de la fuerza vinculado con la velocidad de reacción, rompiendo con la tendencia que existía en aquel momento de trabajar la fuerza con cargas muy elevadas. Donde además, se buscaba mejorar la cantidad de fuerza producida. Sambade, junto con otros especialistas, como Luís LLopis, han desarrollado múltiples tareas en campo para su mejora y que actualmente son utilizadas por muchos entrenadores de porteros.

Pese a esa gran mejora en la forma de entrenar, el entrenamiento específico de la fuerza en el portero de fútbol, sigue basándose en una línea de entrenamiento tradicional, en muchos de estos casos, por la falta de conocimientos de los entrenadores y preparadores físicos. En nuestra opinión, es una equivocación centrarse únicamente en este tipo de entrenamientos ya que, no se alcanzará el máximo rendimiento del guardameta. Ni tampoco cómo realizan otros entrenadores de porteros; combinando un entrenamiento de fuerza tradicional en gimnasio, con un entrenamiento dirigido a la mejora de la velocidad de reacción en campo.

Por ejemplo, muchos siguen utilizando ejercicios como la sentadilla como uno de los principales pilares de sus entrenamientos, donde lo único importante para ellos es conseguir la máxima potencia propulsiva. Pero, pocos se han detenido a pensar que el portero pocas veces realizará impulsiones bipodales con producción de fuerza simétrica entre piernas. O que el tipo de contracción muscular en la mayoría de sus acciones no tiene una fase excéntrica de precarga, por la limitación del tiempo de ejecución del movimiento…

Para nosotros, lo más importante no es aumentar la producción de fuerza, si no la capacidad de aplicar la fuerza en el momento adecuado. Un ejemplo claro, es que el portero que más salta en un Squat Jump, no tiene porque ser el portero que más salta para a blocar un balón aéreo. Esto es debido a que, en la acción real, el portero va desplazándose y en movimiento debe saltar para blocar el centro. Los músculos que contribuyen en esta tarea están actuando de forma diferente y coordinándose para poder hacerlo correctamente, además el portero debe analizar el entorno (rivales, pelota…) mientras ejecuta el movimiento y realizar pequeños ajustes durante su ejecución. De ahí, las diferencias entre saltar en una situación cerrada o una situación abierta.

Por ello, la mejor vía para la mejora de la fuerza en el portero de fútbol es a través de la mejora de la coordinación, y dentro de ella un correcto conocimiento y entrenamiento de la coordinación intramuscular e intermuscular, aportarán al portero unas mejoras en su rendimiento muy superiores a otro de tipo de enfoques que están más centrados en la mejora de la fuerza a través de la vía fisiológica; como es el entrenamiento de la hipertrofia.

Del mismo modo, este conocimiento teórico-práctico del entrenamiento de la fuerza basado en la coordinación, nos ayudará a entender que no todos los músculos funcionan igual. Unos aportan estabilidad, otros producen fuerza, otros ayudan a transferir la fuerza a lo largo del cuerpo… Y por lo tanto, no se pueden entrenar todos los músculos de la misma forma. Por ejemplo, realizar elevaciones de talones de forma concéntrica-excéntrica para aumentar la fuerza de la musculatura del tríceps sural con el objetivo de mejorar el salto para blocar un centro, está “muy lejos” de como realmente funcionan estos músculos en el movimiento deportivo. No provocando ningún tipo de mejora, e incluso pudiendo tener consecuencias negativas para el rendimiento.

Usar un enfoque para la mejora de la fuerza a través de la coordinación, no implica dejar de lado otras vías que también mejorarán el rendimiento del portero. Añadir un trabajo dirigido a mejorar la capacidad del portero para soportar cargas, también ayudará a incrementar su rendimiento. Sin olvidarnos, que hay que saber cómo realizar este tipo de entrenamiento de forma compatible con el entrenamiento diario en campo que realizará el portero. Ya que, cualquiera que tenga experiencia entrenando porteros, sabe que un trabajo que provoque una gran demanda mecánica, como puede ser un entrenamiento con cargas altas o con sobrecarga excéntrica, puede dificultar la realización del trabajo posterior en campo como consecuencia de la fatiga muscular. E incluso poner en riesgo de lesión al portero.

Por nuestra experiencia, añadir un trabajo isométrico e isométricos-dinámicos de alta intensidad, pueden ser muy útiles para la mejora de la capacidad a la hora de soportar cargas. Complementando perfectamente al trabajo de coordinación y siendo mucho más fácil de poder ejecutar sin interferir en el entrenamiento diario, ya que no crean altos niveles de fatiga.

Otro de los cambios más importantes producido en estos años, es la importancia del entrenamiento de los diferentes planos de movimiento en los que el portero debe actuar, dándole gran importancia al desarrollo de la mejora de la producción de fuerzas horizontales. Ya que anteriormente, la producción de fuerzas en el plano vertical era el principal foco de los programas de entrenamiento en los porteros. Ha sido tan importante el incremento de este tipo de tareas en las sesiones, que incluso investigaciones recientes, demuestran el exceso de aceleraciones y deceleraciones. E incluso un exceso de volumen de distancia a alta intensidad, en comparación con sus demandas de partido. Creando esto, una sobrecarga innecesaria, con el aumento del riesgo de lesión, por una mala planificación.

Del mismo modo, las demandas energéticas del portero, por la relación tiempo trabajo-pausa hacen innecesarios trabajos dirigidos hacia la mejora de la fuerza-resistencia. Por lo que tareas de larga duración, exceso de repeticiones sin pausa… No ayudarán a la mejora del arquero. Por ello, el conocimiento de las demandas físicas en la demarcación y su posterior control semanal, nos ayudará a ajustar mejor nuestra planificación, seleccionar correctamente el tipo de tareas, el número de repeticiones… Y nos ayudará a adaptarnos a las diferencias entre diferentes estilos de juego (por ejemplo, un equipo que juegue con la línea defensiva adelantada, exigirá acciones con más metros recorridos a alta intensidad).

Como conclusión, al igual que desde hace años se cambió la forma de entrenar en campo, un conocimiento más profundo de como entrenar la fuerza en el portero, basado principalmente en la mejora de la coordinación intra e intermuscular nos permitirá realizar el entrenamiento de la fuerza del portero, obteniendo grandes mejoras respecto a como se suele trabajar hoy en día.

 

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