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por | 26 Oct 2022 | FREE, Metodología

Aprende a gestionar la falta de tiempo “efectivo” en tu entrenamiento como entrenador de porteros.

La falta de tiempo efectivo durante el entrenamiento para trabajar aspectos específicos del portero es una problemática común en el mundo de los entrenadores de porteros de fútbol. Tanto en escuelas y canteras, debido a la gran cantidad de porteros por grupo, como en el fútbol profesional, donde las sesiones son breves, los entrenadores de porteros nos enfrentamos constantemente a esta situación.

¿Cómo podemos organizar las sesiones de manera más dinámica?
¿Qué aspectos técnico-tácticos debemos priorizar?

Estas son preguntas que todos nos hemos planteado en algún momento y trataremos de responder a continuación desde nuestra perspectiva.

A pesar de todas estas limitaciones, es fundamental que los entrenadores de porteros nos enfoquemos en nuestro objetivo principal: facilitar el aprendizaje continuo de cada uno de nuestros porteros.

El rol de los entrenadores de porteros se ha vuelto cada vez más relevante en el fútbol, tanto en los equipos de élite como en las academias de formación. La industria del fútbol reconoce la importancia del portero en el rendimiento del equipo y ha abierto sus puertas a nuestra figura profesional. Hoy en día, es común encontrar entrenadores de porteros no solo en clubs y academias profesionales, sino también en escuelas de formación amateur e incluso en academias privadas.

En todos estos contextos, los entrenadores de porteros nos enfrentamos a la necesidad de gestionar eficientemente el tiempo de entrenamiento. Grupos numerosos, porteros de diferentes niveles, impuntualidad, falta de material, sesiones cortas, viajes y desplazamientos: todos estos aspectos influyen en el tiempo efectivo de entrenamiento específico, y debemos aprender a lidiar con ellos para ser lo más eficaces posible.

Nuestro objetivo es trabajar con los porteros para que aprendan y comprendan el juego, desarrollando su capacidad para tomar decisiones y resolver situaciones durante la competición. A pesar de las circunstancias desfavorables, no debemos dejar de insistir en la importancia de diseñar buenos entrenamientos que eleven el nivel de los porteros.

Ante estas circunstancias, nos planteamos una serie de preguntas:

¿Cómo podemos organizar la sesión de entrenamiento de manera efectiva?
¿Debemos enfocarnos en ejercicios aislados o contextualizados?
¿Es preferible realizar un buen calentamiento o desarrollar un concepto específico?

En primer lugar, es importante prestar atención a la estructura interna de la sesión y los ejercicios propuestos. Elaborar ejercicios dinámicos que involucren a más de un portero puede ser una excelente opción para aprovechar al máximo el tiempo disponible. Además, al incluir a los porteros que no están participando en el ejercicio, fomentamos la observación y el aprendizaje a través de la interacción con sus compañeros.

Otro aspecto crucial en la organización de la sesión es el “momento de feedback”. Ante la falta de tiempo, resulta innecesario corregir individualmente a cada portero. Por ello, es recomendable establecer momentos específicos durante la sesión en los que detenernos para brindar información y correcciones. Al finalizar un ejercicio o después de cada variante, podemos exponer los errores comunes y corregir a un portero en particular. Esta corrección individual se convierte en una lección grupal que resulta útil para todos. Es fundamental identificar los errores comunes y abordarlos durante la ejecución del ejercicio para que una única corrección beneficie a todos los participantes.

Al seleccionar los tipos de ejercicios, es común cometer el error de priorizar los ejercicios contextualizados o similares a situaciones reales de juego debido a la falta de tiempo. Sin embargo, esta perspectiva puede ser errónea. Realizar ejercicios con múltiples decisiones abiertas no acelera el proceso de aprendizaje del portero, sino que lo dificulta. En ocasiones, al apresurarnos, diseñamos entrenamientos demasiado abiertos que se vuelven abstractos y no facilitan la asimilación de los conceptos. Es importante recordar que trabajar en ejercicios específicos y concretos, antes de abordar situaciones más complejas, resulta más efectivo en el desarrollo de habilidades.

Creemos firmemente en el trabajo de tareas conceptuales. Es más productivo dedicar media hora de sesión a desarrollar un aspecto técnico-táctico específico, como el bloqueo en juego aéreo con un buen timing en los desplazamientos y el salto, que enfocarse únicamente en situaciones competitivas con centros laterales y oposición. Por supuesto, la elección de los ejercicios dependerá del nivel de los porteros, pero establecer una progresión lógica en las sesiones, comenzando con trabajos concretos y avanzando gradualmente hacia situaciones más cercanas a la competición, es fundamental. Construir una pared sólida implica poner los primeros ladrillos correctamente y permitir que el cemento se seque antes de levantarla más alto.

Aquí es donde entra en juego la planificación y programación previas. Dividir y estructurar progresivamente el contenido del entrenamiento es prioritario. Trabajar de forma progresiva, comenzando con conceptos y habilidades básicas para luego combinarlos con el juego, es un enfoque acertado, incluso en sesiones de corta duración. Por ejemplo, diseñar ejercicios en los que el portero practique repetidamente la flexión de rodilla al enfrentar un balón o un muñeco, favorecerá que, en situaciones abiertas, pueda realizar una acción similar con precisión durante un enfrentamiento mano a mano.

Pero, ¿es esta metodología aplicable a diversas situaciones de juego? Y, ¿cómo podemos llegar a definir y potenciar nuestra propio metodología como entrenador de porteros?

En conclusión, te invitamos a reflexionar sobre tu planificación. Observa cómo evolucionan los contenidos y si el orden en que se abordan facilita su asimilación. Dedica tiempo extra a elaborar una buena programación, ya que esto mejorará la utilidad de tu trabajo en el campo y potenciará el desarrollo de tus porteros.

En resumen, la falta de tiempo efectivo de entrenamiento es una problemática común en el entrenamiento específico de porteros. Tanto en escuelas y canteras como en el fútbol profesional, los entrenadores de porteros nos enfrentamos constantemente a desafíos para organizar sesiones dinámicas, priorizar aspectos físicos, técnicos o tácticos, y gestionar eficientemente el tiempo disponible. A pesar de estas circunstancias desfavorables, es fundamental que los entrenadores de porteros nos centremos finalidad principal: facilitar el aprendizaje continuo de cada portero ofreciéndole cuantas mas herramientas (soluciones) mejor.

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