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por | 14 Oct 2022 | FREE, Metodología

La finalidad del apoyo/ayuda en el juego ofensivo.

La evolución del fútbol propicia que la fase ofensiva del portero sea cada vez más relevante a lo largo de los partidos. Buscar la superioridad en la salida del balón con la figura del portero, atraer a los rivales para generar espacios entre líneas o a las espaldas, etc. Todos estos conceptos nacen a través y gracias a la involucración del portero en el juego ofensivo del equipo.

Es por esta razón que su entrenamiento se hace cada vez más importante. Contextualizarlo es clave para plantear tareas que desarrollen las demandas reales que necesita el portero y también para favorecer la comprensión del propio juego. Dentro de las mismas se nos antoja fundamental incluir uno de los conceptos ofensivos más importantes en nuestra opinión, el apoyo/ayuda. A continuación te explicamos a que nos referimos con este concepto y que finalidad pretendemos alcanzar con su dominio.

Habitualmente cuando nos referimos al entrenamiento específico de porteros únicamente hablamos del trabajo defensivo. Blocajes, desvíos, 1vs1, juego aéreo, etc. Sin embargo, esta concepción clásica se aleja mucho de los requerimientos actuales que le demanda el juego al portero, así como de los planteamientos de entrenamiento específico más desarrollados. 

El cambio de normativa en un inicio, y la evolución de las ideas y modelos de juego del los equipos de fútbol en la actualidad han acarreado una implicación cada vez mayor del portero en la construcción del juego ofensivo colectivo. Es muy común ver como los porteros inician en corto con los compañeros cercanos tratando de generar superioridades hasta encontrar el hombre libre. Del mismo modo, buscar el hombre o espacio libre en distancias intermedias, así como atacar los espacios a la espalda de la defensa es una tarea que los técnicos requieren cada vez más de los porteros. 

 

 

En base a este aumento exponencial de las demandas ofensivas sobre la figura del portero es evidente que como técnicos especialistas en su entrenamiento debemos dar respuesta a dicha situación. Más allá de los elementos técnicos propios del juego ofensivo como los pases, los golpeos o los controles, bajo nuestro punto de vista hay un aspecto que destaca por su vital importancia sobre el resto, el concepto de apoyo/ayuda.

Con este término nos referimos a toda aquella situación derivada de la posesión del balón de un compañero a la que el portero responde de forma intencionada tratando de ser un posible receptor de balón más.

Aunque sencillo en primera instancia, este concepto ofensivo alberga a su vez muchos otros aspectos a valorar y dominar por parte del portero que a continuación vamos a numerar y tratar de explicar secuencialmente. Y hablamos de secuencias porque entendemos que el orden en el que el portero ejecuta las herramientas ofensivas a su alcance es de vital importancia para alcanzar el éxito. De lo contrario, si se altera el orden o se suprime alguno de los puntos que citamos a continuación seguramente la acción con el paso del tiempo reduzca su porcentaje de éxito. 

1. Ganar espacio/tiempo.

En primer lugar, todo apoyo/ayuda se debe basar en ofrecer una línea de pase, normalmente hacia atrás o lateral, con la finalidad de aumentar la distancia respecto a los rivales y así ganar tiempo. De este modo el portero consigue que los rivales tengan que recorrer una distancia mayor hasta llegar a su posición y por tanto esta presión les lleva más tiempo. Esta ganancia de tiempo a su vez es fundamental para poder realizar con éxito el resto de puntos que explicamos. 

2. Buena línea de pase.

Cuando un portero realiza un apoyo/ayuda no solo debe valorar la posición del rival tratando de alejarse, también debe procurar que este desplazamiento origine siempre una línea de pase más a los compañeros, posiblemente diferente a la que pueda ofrecer otro jugador.  Esta línea de pase por norma general debe situarse en la medida de lo posible cerca del pasador y del posible receptor facilitando así tanto el control del balón como posteriormente la continuación. 

3.Orientación corporal.

Tanto durante el desplazamiento previo a posicionarse, como durante el periodo de tiempo en el que el portero esta estático, debe procurar no imantarse con el balón guardando una orientación corporal que le permita valorar todo lo que sucede al frente.

Habitualmente vemos como muchos porteros cuando reciben un pase solo valoran los 90º del lado de donde proviene el pase olvidándose de identificar posibles compañeros libres o adversario en las zonas alejadas al origen del pase. Este concepto se conoce como visión periférica, es decir, valorar todo lo que ocurre a lo ancho y largo del campo. Para ello es fundamental guardar una correcta orientación corporal que sin restarnos eficacia en los gestos técnicos permita hacer una valoración total de la posición y los movimientos tanto de compañeros como de rivales.

4. Doble escáner.

Una vez ofrecida la línea de pase respetando todo lo comentado anteriormente, el portero debe de mirar y escanear el juego tanto antes de controlar el balón como después. Antes de controlar el balón para decidir entre otras cosas si pasa o golpea de primeras, si tiene tiempo de controlar, si ese control es orientado o no, etc. Y después de controlar porque muchas veces el juego cambia en fracciones de segundo. El hombre libre antes del control puede pasar a estar marcado ahora, y en cambio el que estaba marcado libre porque por ejemplo a ofrecido una línea de pase separándose de su marca. En general, en este sentido el juego puede cambiar de muchas maneras por eso antes de decidir que hacer con el balón el portero debe de hacer un segundo escáner para revaluar la situación de compañeros, adversarios y espacios libres. 

5. Interpretación del juego.

Por último y como más importante, es clave que el portero entienda el juego para finalmente ejecutar una acción que brinde soluciones y permita progresar al equipo. Dentro de este apartado aprender a encontrar el hombre libre de forma directa o indirecta a través de terceros hombres es imprescindible. Del mismo modo, es importante que no solo existe el pase corto, también se puede buscar a compañeros libres en distancias intermedias. Y no solo a compañeros, también existe la posibilidad de atacar espacios a los que se dirigen los compañeros separándose de sus respectivas marcas. Por último, el portero debe dominar el golpeo a la espalda de la línea defensiva ante un desmarque de ruptura de un compañero. O bien debe de ser capaz de identificar las situaciones de igualdad numérica en última línea para golpear provocando un juego directo o ataque/rechace. 

 

Además, es fundamental que el portero conozca las características técnicas y condicionales de sus compañeros. Muchas veces una buena salida de balón no la hace efectiva el perfil de futbolista al que le entregamos el balón. Por este motivo, es tremendamente importante que enseñemos al portero a valorar estas situaciones.

Para terminar, vemos como de un simple concepto ofensivo podemos sacar multitud de herramientas a dominar y llevar a cabo para ser completos en el juego ofensivo. Estructurar las tareas para que fomenten todos estos hábitos se antoja clave tanto en el rendimiento como en la formación para que los porteros lleguen preparados a la competición.

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